¿Podrías explicar las razones para cada una de las siguientes situaciones?

1. Juan solicita un aumento de sueldo y se lo han negado.

2. La grúa se ha llevado el coche de Laura.

3. A José le despidieron de su trabajo.

4. Lola y Raúl están divorciándose.

5. Marta bebe demasiado.

¿Te ha resultado fácil crear razones o explicaciones a situaciones de las que no sabes nada? ¿Te sorprende? ¿Tiene esto algo que ver con tu vida?

A veces cometemos el error de tener en cuenta sólo una pequeña porción de información y después completarla mediante nuestra creatividad o imaginación. El resultado de esto es que llegamos a una conclusión, sí, pero con pocos o ningún dato para apoyarla. Nos referimos a pensamientos mediante los cuales interpretamos los hechos de forma negativa sin que existan datos que avalen esa conclusión.

Esto es lo que llamamos sacar «conclusiones precipitadas», un tipo de distorsión cognitiva. Dentro de ella nos podemos encontrar con dos variantes o trampas que nuestra mente nos pone:

– Lectura de la mente:  Esto nos hace actuar como si pudiéramos saber lo que ocurre en la mente del otro. En este caso, nuestra respuesta irá acorde con lo que suponemos que piensa la otra persona, sin preocuparnos por saber si estamos en lo cierto. Por ejemplo: cuando no queremos dar una mala noticia a alguien porque «sabemos» que no podrá soportarla.

– Error del adivino: cuando sin pruebas suficientes, establecemos que algo saldrá mal. De esta manera transformamos una posibilidad en un hecho cierto, haciendo que actuemos en consecuencia. Al anticipar una situación, crearemos pensamientos y emociones negativas antes de que suceda. Por ejemplo: le quiero pedir a mi vecino un martillo, pero «estoy tan seguro» de que no me lo prestará que directamente no se lo pido y, además, siento que es un antipático y un egoísta.

Cuán importantes son las expectativas que generamos y cuán importante también es la repercusión que en muchas ocasiones generan en nosotros.

Podríamos plantearnos lo siguiente: cada vez que «concluyas» algo, pregúntate lo siguiente: ¿Cómo lo sé? Tu respuesta debería ser más objetiva que: «Porque así lo siento o así lo creo».

Si evitamos crear conclusiones con escasa información podremos zafarnos de esas trampas que nos pone nuestra mente (las distorsiones cognitivas).

¿Te has visto reflejado en alguna de estas situaciones? ¿Te ha creado alguna situación o sensación incómoda?

Javier Rodriguez Caro. Psicólogo del Centro de Psicología Dra. Aurora Gardeta. Terapia online y presencial