No somos seres aislados sino miembros activos y reactivos a los grupos a los que pertenecemos. Es por eso que para resolver algunos conflictos que puedan aparecer en la familia deben considerarse a los diferentes miembros que la componen y las relaciones que existen entre cada uno de ellos: padres con hijos, la relación de los padres, la de los hermanos, etc.

La familia tiene una estructura profundamente compleja en la que convergen diferentes aspectos implícitos que pueden ser aclarados a través del análisis como son: su estructura jerárquica, el reparto de funciones, la organización de su propio sistema de valores, la transmisión de la autoridad, las leyes que la gobiernan, o las coaliciones que se generan, siendo todo ello procesos fundamentales a tener en cuenta en los vínculos emocionales que se establecen y el desarrollo psíquico de cada uno de sus individuos.

“Nos unimos para entender mejor lo que sucede”