La adolescencia es un periodo de la vida sujeta a gran cantidad de cambios (físicos, personales, relacionales) que supone una transición entre dos etapas: el abandono de la niñez y la entrada a la vida adulta. En esta transición el adolescente tiene que situarse en un contexto donde los referentes de la infancia ya no sirven y los del adulto aun están por llegar. Multitud de cuestionamientos acerca de la imagen de uno mismo, de los modelos de referencia, de las decisiones futuras se pondrán en juego en un complicado entramado que requiere de un gran esfuerzo psíquico que en ocasiones puede verse perturbado.

Encontrar una atmósfera de contención, con un profesional con el que depositar las sensaciones de inseguridad, frustración, compartiendo la difícil tarea de reconstrucción de ideales, puede ayudarle a colocarse en un lugar de equilibrio entre sus deseos y las exigencias externas.

“Aquí nadie te juzga, respeto tu libertad y tu intimidad”