LA PRIMERA VISITA AL PSICÓLOGO

Sabemos que a veces tomar la decisión de buscar ayuda psicológica no es sencillo. No obstante, tienes que tener en cuenta que en nuestro trabajo estamos en contacto día a día con este tipo de preocupaciones, pensamientos o situaciones. En más de una ocasión nos decís: «Es que yo no he ido nunca, no sé por dónde empezar, ¿qué hay que hacer la primera vez?, ¿qué tengo que contarte?». Por eso, en esta entrada queremos compartir contigo cómo es la primera sesión con un psicólogo.

Antes de comenzar, también nos gustaría que sepas que no todos los profesionales de la psicología siguen un esquema común durante el proceso psicoterapéutico. Dependiendo de su orientación y experiencia elegirán una forma de proceder u otra. Aquí te contamos cómo trabajamos nosotros.

Y ¿QUÉ HAGO?, ¿PIDO UNA CITA?

Miedos, tristeza, problemas de pareja u otro tipo de relaciones, duelo, preocupaciones o pensamientos que no se van, dificultad para controlar impulsos, pensamientos de que no podemos con nada o con algo en concreto, nerviosismo o ansiedad, dificultad para manejar las emociones o sentimiento de angustia son los motivos de consulta más frecuentes, pero no los únicos.

Puede que no estés convencido de comenzar una psicoterapia, y mucho menos si no tienes ningún problema. Además, cómo le vas a contar a un extraño lo que no quieres contar a nadie. Estos motivos hacen que retrasemos al máximo la decisión de pedir ayuda a un profesional de la psicología, y que solo nos lo planteemos como última o penúltima opción. No es que esperemos a tener problemas o dificultades, sino que esperamos hasta acabar inundados por ellos. Sería algo así como no cambiar la rueda de un coche cuando el testigo nos avisa de que ya es hora, sino apurarla hasta el alambre a pesar de que sabemos que seguir con ella es peligroso. Con el riesgo que eso conlleva.

LA PRIMERA SESIÓN COMIENZA ANTES DE LA PRIMERA SESIÓN. AUNQUE NO TE LO CREAS

Has tomado la determinación de pedir ayuda a un profesional de la psicología para hablar sobre las cosas que te preocupan, y lo normal es que no llames en el primer momento. Suele ser una decisión que, dependiendo de la persona, lleva un tiempo de gestación. Hasta que no eres consciente de que el problema no solo sigue ahí, sino que te afecta en tu vida personal, social o laboral, no descuelgas el teléfono.

PRIMERA SESIÓN PROPIAMENTE DICHA

Durante la primera sesión, tu psicólogo trabajará para recabar toda la información posible sobre ti y sobre cómo afecta el problema o dificultad a tu vida: aquí y ahora. Tendremos que hablar sobre qué sucede y si relacionas el problema con algo en concreto. Analizaremos qué soluciones has puesto en marcha hasta ahora, cuáles sí han funcionado y cuáles no. Esto nos da información sobre qué merece la pena volver a utilizar o seguir manteniendo y qué no. Para hablar de todo ello tienes que poder sentirte cómodo y en confianza, por lo que es importante que sepas tres cosas:

–        El psicólogo no te va a juzgar, va ayudarte a comprender.

–        El psicólogo va a acompañarte durante un tramo de tu camino.

–        El protagonista de tu vida eres tú. Tú eres el único que puede contar tu historia, aunque en las primeras sesiones sea un poco complicado y necesites un poco más de tiempo para sentirte cómodo con la persona que tienes delante.

Algo muy común es que, al terminar la primera sesión, quieras que te propongamos tareas o estrategias que puedas llevarlas a cabo una vez salgas, algo así como deberes. Puede ocurrir, pero en general es difícil salir con una tarea específica. Lo que sí ocurrirá es que el psicólogo resumirá o hará una síntesis de la sesión con dos propósitos:

–        Comprobar que ha comprendido la problemática o la situación que le has expuesto.

–        Plantear una línea de trabajo o unos objetivos sobre una primera hipótesis.

FIN DE LA CITA. ¿Y DESPUÉS QUÉ?

Una vez finalizada la primera sesión, lo normal es que te sientas mejor, quizás más tranquilo y con la esperanza de que tu situación puede cambiar incluso antes de lo que piensas. Hasta la próxima sesión, más o menos en una semana, tendrás tiempo para pensar y reflexionar sobre aquello que habéis hablado y, por qué no, poner en práctica lo que tu psicólogo te haya propuesto.

Normalmente, y a no ser que traigas algo muy importante de lo que debamos hablar, la segunda sesión la dedicaremos a hacer un recorrido biográfico por tu vida. Aunque lo que nos haya pasado (y a veces lo que hubiéramos deseado que nos pasara y no nos pasó) a lo largo de la vida no determina al cien por cien lo que somos hoy, sí puede ser importante. Es como un rompecabezas: se deben conocer todas las piezas para poder aplicar una estrategia y un plan de acción específicos con los que podamos montarlo. Nuestra personalidad no se forja en un día, al igual que el hierro no se forja de una vez.

A partir de aquí ya podemos empezar a plantearnos qué hacer, qué no hacer, y qué estrategias debemos poner en marcha. Somos un equipo de trabajo: paciente y terapeuta.

Javier Rodriguez Caro. Psicólogo del Centro de Psicología Dra. Aurora Gardeta.