El trastorno eréctil (o coloquialmente conocido como impotencia sexual) es una de las principales preocupaciones masculinas en las relaciones íntimas, sobre todo en los casos de encuentros ocasionales con personas desconocidas o con las que existe poca confianza.

Los síntomas que aparecen son la dificultad para tener una erección o mantenerla el tiempo suficiente como para tener una relación sexual satisfactoria.

A pesar de que la reacción más común de la pareja íntima en ese momento sea atribuirse la causa del suceso (pensar que no excita lo suficiente) no está relacionado con una falta de deseo  en él como si ocurre en el caso de otra disfunción sexual (trastorno del deseo sexual hipoactivo en el varón).

Las causas de la disfunción pueden ser tanto médicas como psicológicas y un primer acercamiento para trazar la línea que las distinga es valorando cuándo ocurre: si aparece tanto en presencia de otra persona como en solitario, habrá que analizar si existe algún factor médico que esté influyendo como puede ser un origen neurológico, hormonal, el efecto secundario de algún fármaco, una deficiencia vascular, etc.

Sin embargo si durante la masturbación aparece la erección y ésta se mantiene sin ninguna dificultad o la dificultad solo aparece con unas personas y no con otras, probablemente la causa es psicológica.

En este caso, nos podemos encontrar con diferentes orígenes: o bien se relaciona con ideas negativas respecto de la sexualidad  como el pecado o la culpa, la concepción de que es algo sucio, o temores respecto del acto (contraer una enfermedad, la posibilidad de un embarazo) o bien (y cada vez más frecuente en pacientes jóvenes) se trata sencillamente del miedo al fracaso.

Vivimos inmersos en una sociedad que nos inculca la presión de no fallar y  en la que cada vez cala más la importancia de una imagen perfecta que como toda utopía, es sencillamente imposible.

Si además aludimos al terreno de la intimidad sexual, el reto de acoplar las preferencias, necesidades y gustos de dos personas en plena desnudez (en su sentido literal y metafórico) es una proeza digna de  provocar… PRESIÓN.

La mejor manera de ir al encuentro sexual con el otro es yendo desnudos pero esta vez de expectativas y pretensiones.

Psicóloga en Cáceres. Aurora Gardeta. Terapia presencial y online.