1.- Busco un psicólogo que venga a las sesiones descansado, que se preocupe por dormir sus horas para estar fresco cuando trabaja al día siguiente porque yo solo tengo 45 minutos de sesión y quiero aprovecharlos.

2.- Busco un psicólogo coherente con lo que dice. Que no me pida cosas que no sería capaz de hacer. Si su vida personal es un desastre, ¿cómo va a ayudarme?

3.- Busco un psicólogo sincero y directo. Si me pongo en sus manos es porque confío en él y si percibo su dificultad en decirme las cosas claras, me va a costar tenerle como referente.

4.- Busco un psicólogo fuerte. Para que pueda sostenerme tiene que estar bien. Que se cuide todo lo que pueda, por fuera y por dentro porque necesito su mejor versión.

5.- Busco un psicólogo que sea amable. Si acudo a consulta es porque no me siento bien y lo último que espero encontrar es su desgana, desesperación o impaciencia. Sé que al igual que yo puede pasar por momentos difíciles, pero que no lo descargue conmigo.

6.- Busco un psicólogo que no llene su agenda con tantos pacientes que a los últimos ya ni sea capaz de escucharlos. Todos tenemos un límite para aguantar la concentración y tiene que ser consciente de ella. Sino su trato hacia mí no será el que merezco.

7.- Busco un psicólogo que me escuche, no que aproveche la sesión para hablarme de sí mismo o las experiencias que ha tenido. Eso no me sirve, nuestras experiencias no son comparables.

8.- Busco un psicólogo que no banalice lo que me sucede. Es el único que puede entender que si algo es importante para mí eso es lo que tiene que contar, aunque para el resto del mundo no lo sea.

9.- Busco un psicólogo, un profesional que ocupe su rol, no un colega con el que reírme ni un amigo que me abrace. Eso ya lo tengo en la calle.

FIRMADO: UN PACIENTE TOTALMENTE CUERDO.

A todos vosotros, presentes cada día. Psicóloga en Cáceres. Aurora Gardeta.