El Síndrome de Amar Demasiado (SAD) es un comportamiento dependiente en el terreno del amor atribuible tanto a hombres como a mujeres. Su característica fundamental consiste en una forma de amar a las parejas sentimentales como una elección basada en la necesidad del otro, como si de una adicción se tratase. Y no podemos confundirlo con la cantidad del amor (amar mucho) sino con su cualidad (amar obsesivamente).

Como ya veíamos en el artículo ¿Cómo elegimos a nuestra pareja?,(https://goo.gl/yuygwB) los patrones familiares con los que aprendemos qué es eso de amar, influyen en nuestras elecciones posteriores como adultos.

Este síndrome se aprecia en personas que han vivido carencias afectivas durante su desarrollo, repitiendo el esquema (de manera inconsciente) con la búsqueda de parejas inaccesibles: aquellas que no pueden ni quieren satisfacer sus necesidades de amor, atención o cariño.

En estos casos el amor se vive en contacto con el sueño de cómo podría ser la relación más que con la realidad de la situación,  quedando atrapados en un anhelo permanente por cambiar a  la otra persona…sin resultado.

Aquellos que aman demasiado no creen merecer el amor o la felicidad. Condicionados por el miedo a verse abandonados, invierten ingentes cantidades de tiempo en controlar al otro para evitar su “fuga” y defenderse de su inseguridad.

Así, la intensidad del amor se mide en función del sufrimiento por la persona amada, confundiendo la angustia y dolor con excitación sexual, convirtiendo la intimidad en la estrategia para satisfacer y retener a la pareja.

Dos letras son las que marcan la diferencia entre el ingrediente equivocado de esta receta del amor (ME) ¿cuánto ME quiere? frente a lo que sería el ingrediente estrella del amor maduro (LE) ¿cuánto LE quiero?.

Psicóloga en Cáceres y Salamaca. Aurora Gardeta.