Crecer es vivir con uno mismo, es acompañarse en el camino. Crecer es sumar y restar experiencias y personas, buscando compensar la balanza para que el saldo siga siendo positivo.
Crecer es aprender a caerse poniendo las manos para amortiguar la caída y saber buscar la forma de levantarse.
Crecer es estar en el presente con la dosis mínima de añoranza del pasado y con la dosis máxima de motor del futuro.
Es ir viendo cómo las cosas se hacen pequeñas a medida que uno crece. Crecer es lidiar con la frustración y reponerse. Es saber cambiar al ritmo adecuado para que las piezas del puzzle en permanente movimiento, continúen encajando.
Crecer es aprender a jugar al póquer con las cartas que te han tocado y hacer la mejor de las jugadas, pero también es saber retirarse a tiempo.
Crecer es reconocer las virtudes y aceptar las limitaciones. Es el arte de mirar a los miedos de frente.
Crecer es sacarse la piedra del zapato, es anticiparse a todo lo que se repite. Es aprender a escribir capítulos nuevos después de cerrar el anterior. Es no temer echar la vista atrás para saber cómo mirar adelante.
Y elegir, y seguir eligiendo, saber cuándo delegar y cuándo tomar las riendas.
Es saber estar, como lo hace el fluido líquido, adptándose a la forma de su recipiente.
El ser humano es un 70% de agua.
Psicóloga en Cáceres y Salamanca. Aurora Gardeta.
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