Se entiende el estado de ánimo como los diferentes afectos, sentimientos o sensaciones que configuran el complejo abanico emocional: la alegría y la tristeza, el amor y el odio, la rebeldía o la conformidad, la tranquilidad o el nerviosismo, la confianza y la suspicacia. Es habitual experimentar todo el repertorio en función de las situaciones o las personas con las que nos encontramos. Pero cuando los cambios son frecuentes y no tenemos una explicación que de coherencia a nuestras vivencias, la propia imagen y nuestras relaciones pueden verse afectadas.